La ética en el ejercicio de la ciudadanía se refiere a los derechos esenciales, como la libertad de expresión, pensamiento, religión: los derechos políticos colectivos y sociales para compartir dentro de la comunidad y vivir de acuerdo a criterios aceptables para cada sociedad. Para la concepción clásica, la ciudadanía se refiere a todo aquellos son miembros plenos de una comunidad, siendo iguales respecto a sus derechos y deberes. Los derechos civiles están compuestos para la libertad individual, son la libertad de expresión, de pensamiento y de la libertad religiosa; el derecho a la sociedad privada y el derecho a la justicia. Los derechos políticos, como derechos colectivos se refieren al derecho a participar en el ejercicio del poder político, como votar, ser representado o participar directamente del sistema.
En el ámbito académico no es otra cosa que realizar actos deseados en cuanto a la educación. La enseñanza que un profesor de en un alumno no solo transmite un cumulo de conocimiento, si no, una actitud ante la vida y sus semejantes. El trato de respeto entre profesor y alumno es esencial para la realización que estos seres compartirán. La ética académica habla mucho de las personas, sin embargo se ha ido debilitando por la que requiere reflexionar en torno a principios éticos y morales, agrandándose la confianza en lo académico. La ética como valor en la formación proporcionada de los educadores debe ser inseparable de su práctica educativa, sin importar si se trabaja con niños, jóvenes o adultos y a la mejor manera de conservarla es convirtiéndola en principio de nuestra vida cotidiana.