En
el ámbito académico no es otra cosa que realizar actos deseados en cuanto a la
educación. La enseñanza que un profesor de en un alumno no solo transmite un
cumulo de conocimiento, si no, una actitud ante la vida y sus semejantes. El trato
de respeto entre profesor y alumno es
esencial para la realización que estos seres compartirán.
La
ética académica habla mucho de las personas, sin embargo se ha ido debilitando
por la que requiere reflexionar en torno a principios éticos y morales,
agrandándose la confianza en lo académico.
La
ética como valor en la formación proporcionada de los educadores debe ser
inseparable de su práctica educativa, sin importar si se trabaja con niños,
jóvenes o adultos y a la mejor manera de conservarla es convirtiéndola en
principio de nuestra vida cotidiana.
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